El Desierto del Sahara es uno de los lugares más áridos del planeta. Su clima inhóspito hace que la vida resulte difícil por las escasas lluvias y las altas temperaturas. Lo preocupante es que, ante la alarmante degradación ecológica del suelo fértil que se produce año a año por la destrucción de su cubierta vegetal, la erosión del suelo y la falta de agua, la ONU ha señalado a la desertificación como uno de los desafíos ambientales más grandes a combatir, puesto que lleva a la hambruna y la inestabilidad económica.
Nota de Discovery:http://adn.tudiscovery.com/desierto-de-sahara-prxima-regin-habitable/
Con el objetivo de contrarrestar dicho avance y explorar el potencial sin explotar de tierras como las del Sahara, el arquitecto Stephane Malka ideó la Máquina verde (Green Machine por su nombre en inglés), un concepto cuya tarea consistiría en convertir áreas desérticas en oasis a través del arado, la siembra y el riego del terreno a medida que se mueve de una zona a otra.
La Máquina Verde tomaría la forma de una ciudad nómade autosostenible que funcionaría como una infraestructura agrícola, equipada por nueve globos que producirían un suministro constante de agua a partir de la condensación del aire, de las cuales dos terceras partes serían destinadas para el riego.
Su diseño cuenta con un sistema que le permitiría arar y optimizar el perfil del suelo para la agricultura y, luego, inyectar agua, fertilizantes y semillas de cereales para aprovechar el terreno.
La propuesta plantea un uso responsable de los recursos y remarca la idea de sustentabilidad, aprovechando la intensa luz solar del desierto gracias a sus torres solares, cuya energía sería destinada para movilizar la máquina entera y llevar adelante todo el proceso mencionado.
“Visto a través del prisma de la sobrepoblación del mundo y especialmente el calentamiento global, el territorio del desierto tendrá una participación importante en términos de sustentabilidad y desarrollo humano. Cada año, 120 mil kilómetros cuadrados de territorio se pierden debido a la desertificación, un terreno que es equivalente a la superficie de Benin”, comentó Malka.
Si bien se trata de un proyecto y la máquina no está construida, la idea es tan ambiciosa que, de concretarse, abordaría algunos problemas como la superpoblación de algunas regiones, la pérdida de tierras de cultivo y la disminución de combustibles fósiles por su extensa explotación.
La idea de Malka propone un gran cambio en el modo de aprovechar los recursos naturales para recuperar territorio perdido o sin explotar, pero habrá que esperar para ver si llega a concretarse en la realidad.
¿Qué piensas sobre este proyecto?, ¿te imaginas viviendo en el medio de desierto dentro de una ciudad?
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