Hay varias razones para
recuperar la arquitectura bioclimática, recuperando viejas técnicas y adoptando
nuevas:
- Actualmente, la energía es escasa y su producción
lleva aparejada muchos problemas. Por ejemplo, la electricidad, esa
energía aparentemente limpia que llega a casa, es "sucia" en su
origen: en un gran porcentaje se produce quemando combustibles (petróleo,
carbón, gas natural), con la consiguiente liberación de gases, como el
dióxido de carbono, que provocan el temido y muy hablado efecto
invernadero que está recalentando el planeta, o los óxidos de nitrógeno,
que producen la lluvia ácida, que está acabando con los bosques; y otro
importante porcentaje se produce en las centrales nucleares, con el conocido
problema de los residuos radiactivos. Una construcción bioclimática reduce
la energía consumida y, por tanto, colabora de forma importante en la
reducción de los problemas ecológicos que se derivan de ello (el 30% del
consumo de energía primaria en los países industrializados proviene del
sector de la edificación).
- Para ahorrar dinero en la factura de la electricidad
o del gas.
- Para conseguir una mayor armonía con la Naturaleza.
Podemos pasar de la casa - "búnker" que no tiene en cuenta su
entorno climático y utiliza potentes aparatos de climatización para
resolver el problema, a la casa que se integra y utiliza el entorno y el
clima para resolver sus necesidades.
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